La energía influye de manera determinante en nuestra sociedad, en la competitividad de nuestras empresas, en el transporte en el desarrollo de nuestra vida diaria, condicionando nuestras vidas pero sobtre todo la de las generaciones futuras. Las ventajas del autoconsumo de energía son múltiples.
Los kWh que genera la instalación no se consumen de la red eléctrica. Por lo tanto, no hay que abonarlos a la compañía eléctrica comercializadora.
La potencia extra que aporta la instalación permite reducir el término de potencia contratada en periodos diurnos y minimizar o eliminar los excesos.
La energía solar fotovoltaica, al ser gratuita, garantiza unos costes cada vez menores en materia energética, que son rápidamente amortizables.
En estas mismas redes también minimiza o elimina la aportación de energía por medio de grupos electrógenos.
Supone un valor añadido a la imagen de una empresa. Cada día son más los clientes que confían en empresas que apuestan por el medio ambiente.
Reducción y compensación de las emisiones de CO2 al planeta, tan perjudiciales hoy en día y que supone un grave problema de salud en personas.
La energía excedentaria se puede derivar para activar cargas aportando un mayor ahorro energético (p.ej. calentar agua para procesos industriales o calefacción).
Gracias a la luz solar, las instalaciones para autoconsumo energético nos permiten cargar coches eléctricos durante las horas diurnas.
No hay que abonar el impuesto energético sobre la reducción del consumo ni de la reducción de la potencia contratada y/o excesos de potencia.
Las instalaciones solares fotovoltaicas sobre cubiertas pueden ayudar a mejoras las condiciones térmicas de las edificaciones donde se ubican. La generación de energía fotovoltaica es más barata que la generación de energía por tecnologías convencionales.
Una instalación para autoconsumo energético está especialmente indicada en el sector industrial y ganadero, grandes consumidores de energía eléctrica. La potencia de la instalación para autoconsumo variará según el consumo y la potencia contratada de cada cliente.
Todas las viviendas pueden reducir en gran medida el consumo eléctrico actual, especialmente las que tienen un elevado consumo debido a sistemas de calefacción y refrigeración eléctricos, como son la aerotermia y la geotermia.